viernes, 22 de abril de 2011

TIERRAS MAYAS: ENSUEÑO Y ESPLENDOR

Publicado en MANUAL DE ESTÉTICA MAYA nobuko 2003

...Guatemala, tierra de indiana amabilidad.
El Petén, vértigo de verdes sucesivos, boscosos meandros sumergidos,
húmeda sofocación tropical,
paraíso de cantorales pájaros cómplices de esencias mayas.
Sofocado, me deslizo por la invocación del espíritu ancestral:
el misticismo, la plástica y la estética de los hombres de cráneo achatado...
¡Cuántas respuestas saturando ámbitos selváticos!
Mil quinientos años ha, el pensamiento mágico
y esos bosques ya moraban en aquellos cerebros privilegiados,
en los cuerpos bordados con tatuajes y sangre sacralizada,
en su mirar bizco, en sus dientes tallados,
en aquellos hijos del maíz y de las estrellas,
en los padres de la astronomía y la matemática americana.

Tikal, imponente presencia,
simbiosis de arquitectura sagrada y timbres de aves sopranos.
Templos sudorosos de botánica, estelas y altares, ceibas gigantes.
Religión, arte e intelecto: facetas de un mismo esplendor.
Tikal, tamizada luz de entes metafísicos,
cobijada en follaje compañero de nubes,
cofre de esmeraldas orgánicas, espesura con secretos milenarios...

Copán, centro y culto, recinto de astrónomos matemáticos,
de sabios creando su cosmogonía.
Arcaica realidad, apoteosis mística consagrada, política, ciencia y arte.
Aún se huele etérea por siglos impregnada en la foresta,
la humareda acre del copal...

Palenque, región del éxtasis, joya arquitectónica sublimada,
escenario magistral de lo estético.
Todavía sus divinas modulaciones, ambulan barrocos intimismos,
eurítmias y contrapuntos hermanados con Juan Sebastián.
...Palenque, danza solar de iridiscencias arquitectónicas,
de modelados perfumes rituales, danza, meandro poético...

Yucatán, territorio peninsular.
Hierático monolito inclinado, ascético de agua en tu norte
derrochador de lianas del Petén,
Eres un falo erecto perforando el Caribe.

Uxmal, hechicera de carismática faz, ámbito de geométrico barroco,
sacralidad obsesiva de Chac tu dios lluvia.
Surges por deseo alucinado de mentes complejas,
laboriosas y musicales que aroman Yucatán.

Chichén Itzá, esplendor de la sangre alimento de dioses.
Tu carnívoro cenote fue fauses insaciable de muerte sacrificial.
Tu campo de pelota aún alucina en el juego sagrado.
Así viviste: centro ceremonial convocante de hombres guerreros.
Fuiste el final del pensar mágico maya consustanciado con Natura...

Lentamente asciendo, despierto de la vigilia soñadora,
contemplo la hoja escrita de remembranzas acaecidas
y el fulgor recordado envuelve la luz crepuscular...
EXÉGESIS DE UN ADIOS

En memoria de Artemio Alisio

Todo empezó entre Artemio y Arte, cuando el don de natura fue besado.
Fue un flechazo ancestral de comunicación estética,
en la euritmia del decir plástico y su inmanencia.

Así transcurrió el connubio de Alisio y Arte.
Fueron tiempos de sombras terrenales y sublimaciones siderales.
Los estímulos sofocantes, los dolores graficados, sombras rasgadas,
trágicas plumarias y amanecidos fantasmas mayas.
Fueron recientes veinte años de luces espermáticas,
el contrapunto sincopado, seres mágicos de misterios raigales.
Fueron plenilunios conviviendo ostracismos,
soportando sadismos imbéciles y mediocres, egoísmos y tosquedades.

Sobre la armonía del Ser y su Estar de constancias apasionadas
viajaste tu salud plástica, encontrando la esencia de Amerindia;
puliste la estela del amor expresado y locuaz,
el ascenso ennublado y triste de líneas y cromatísmos.
Astas punzantes, teoremas texturales indómitos
resuenan con acordes de osadía,
encabritan la vigüela soñadora de tu inspirado lenguaje
llagado de coraje, de amores crepusculares.

Hoy, el dolor es tu ausencia, derramada en la gran tristeza,
fluyendo dolorosa la apología apasionada.
Hoy conmemoramos cada partícula fluvial de tus cenizas,
cada metáfora de tu decir polifacético,
cada sonoridad gestual de tus sístoles ya sin diástoles.
Ya no reverbera el esplendor de tus manos creadoras,
ni el respirar de tus pinceles,
no danzan ditirambos componiendo míticas corporeidades
ni esplendentes génesis continuas.

Pero quedarán en el nombre de tu plástica,
en memoria de tus días dolores plasmados,
ácidas rabias del taumaturgo iluminado en su decir creativo.
Porque no apagará tu luz haber abandonado el cuerpo:
lo poético pervive en la memoria de Arte,
en la comunidad melódica del cosmos germinado,
en su universalidad espiritual.

Así, restará tu Ser sublimado en la obra consumada,
conmoverá por siempre la contundencia de tu plástica
pues será insomne configurando su mística.

Buenos Aires febrero de 2006
AMERINDIA: ESPEJO Y METÁFORA

Publicado en ARTE CÓSMICO AMERINDIO
Edición Corregidor Buenos Aires 2000

Amerindia, espejo de heroicidad, metáfora de perseverancia,
compleja en su lógica, íntegra en su hacer.

Pienso que saber lo imposible jamás se detiene y que nunca obnubila lo sabido.
Para la vitalidad, lo inclaudicable del conocer,
la Belleza-Verdad como pasión por la Poesía del Ser sublimado.

Pisando el estigma de normas perversas, transmuto en voluntad un andar ético,
convivo lo amerindio –de milenarias gestaciones-- empecinado por no ceder al olvido
y continuar la aprehensión de su dimensión metafísica:
de aquella volición eternal que su megalítica expresó monumental,
de aquel estar en arcilla cocida, del sensible dibujo y la cromática pintura,
de la tensada textilería, del sol capturado en orfebrerías, reiterando intimismo.

¿El Enigma?, nosotros somos el enigma, no ellos que aún son en su obra,
porque entre ellos las ideas siempre fueron configurar formas.

Hoy, el depravado engaño es hábito instituido que rumia vilezas
que alimenta el hambre asesina y la trivialidad imbécil.
Hoy, debemos persistir en sus mitos ancestrales para percibir respuestas,
corporeidades estéticas de un misticismo custodio de su trascendencia poética
como espejo de la ética y metáfora de lo cósmico.

Configuración y Diseño: idiosincrasia amerindia.
Recolectar su cosecha desde el recóndito arcano se necesita para América,
desde ese recuerdo colosal: evitar crecer como golfos anodinos.

Magna era americana la antigua: milenios; fulgentes luces ontológicas,
mística salud ya olvidada donde los símbolos metafísicos plasmaban mitos;
donde ruinas mágicas, aún pletóricas de Fe,
son coherencias de Amerindia: Espejo y Metáfora.
Pues, la Amerindia de semiótica poética aún vive en sus funerarias virtudes.
Piedra, arcilla es Plástica-Culto-Arte, es Espejo-Metáfora.

Percibo, cuan indiferente está hoy la conciencia de aquellas raigales magnitudes.
Su espectral memoria secular es camino y reservorio.
Colosal verdad hoy olvidada, historia no meditada, aún plegada sobre sí.
Lo plástico: su herencia, es sombra difusa sublimada entre selvas y montañas.
Sagrada Edad-Luz aún no percibida.
Pero, emergiendo del fluir memorioso, asciende la plenitud de aquel latir vital.
Amerindia-América, es enigma para sus hijos:
es no Espejo, no Metáfora, no Memoria,
es sendero olvidado pues la mediocre vacuidad es indiferente a esa otredad.

Por necesidad y justicia que algunos debemos cumplir
he aquí el por qué de estas palabras transcurridas,
para memoria y exégesis de la expresión desocultada.
EN LA SELVA
Publicado en el poemario colectivo POESÍA MÁS POESÍA
Ediciones Del Alto Sol Buenos Aires 1970

……………………………………………………………………………………
y, cuando vamos a jugar al bosque el lobo va con nosotros
pues entre nosotros siempre hubo la tangencia de una sonrisa
y una muralla de incomprensión,
y así, mientras los párvulos veneran las bellezas de los lirios todos,
en ronda acarician la necesidad de devorarse,
y así, con displicente ráfagas de mórbidas balas escribimos sobre el pecho
de las tibias palomas las más cómicas historietas de paz,
porque estamos enredados a cualquier cosa
como algunos humanos sin amor,
porque cuando hay silencio se intuye siempre el sabor de la infamia,
porque al principio todos ríen,
después, aporreando días todos crecen entre el sonido de su sangre
y el hedor de sus actos,
así, planeamos continuamente cómo manejar el cuchillo en la yugular del vecino
y multiplicar los afanes por hacer morir y hacer morir y hacer morir,
y así, reemplazar al hombre por un pedazo de cucaracha amarga,
porque artos estamos de la vida que llevamos condimentada con miedo,
fomentando carniceros rencores famélicos entre hambre y mártires,
entre mentiras y un sol en pastillas, entre mentiras y balas,
reptando sobre mares escarlatas los descarnados huesos
de una especie que nació para ser humana y muere sin serlo,
todos los días, siguiendo esa estrecha callejuela que es la sangre
circulando unos años,
deshilachando más y más el sostén del valor,
porque ser insecto ya cuesta poco y, un día equis,
se llega a poseer el propio chiquero
y así, entre sonoridades varias, entre idílicas perversiones,
entre empíricas ruindades
se expresa una sociedad de excreciones y consumo
y así, felices triunfamos.

Las últimas lágrimas han caído sobre el polvo,
los úteros escupen efímeras desgracias gelatinosas
y, de entre esos restos, cada rufián escoge un hijo,
porque los criminales no silban únicamente los amaestran
para administrar este rincón del universo.